Tecno

Crearon la máquina de los besos

Se suele decir que los amores a distancia difícilmente funcionan. Es entendible: las personas pueden verse al hacer una videollamada o enviarse mensajes, pero falta el contacto físico: el agarrarse las manos, poder tocarse, darse besos…

Con eso en mente, un estudiante universitario chino llamado Jiang Zhongli, cansado de los besos por celular y no poder sentir los labios de su pareja por estar separados por miles de kilómetros, diseñó The Kissing Machine, un dispositivo que les permite a las y los amantes, celular y conexión a Internet mediante, darse besos muy similares a los reales.

Se trata de un accesorio que cuesta alrededor de 40 dólares (pero se necesitan dos como mínimo para que tenga sentido su uso) que se añade al celular, y que consiste en unos labios en 3D, hechos de silicona. Imita los labios humanos, pero además trae sensores y transmisores que permiten emular la presión, los movimientos y hasta la temperatura de los labios deseados. Claro que para sentirlo, hay que presionar los labios propios sobre los de silicona.

Pero en primer término hay que bajar e instalar una app, apoyar el celular en la funda que actúa como interfaz (donde vienen los labios de silicona) y luego iniciar una videollamada. De esa manera, ya es posible darse un beso virtual con la persona amada. Incluso se pueden transmitir también los sonidos que suelen hacer las parejas al besarse, para que la simulación sea más completa. Por supuesto que solo llegan a ser unos castos besos, porque el dispositivo no incluye el uso de la lengua.

Según el diario local South China Morning Post, ya se están vendiendo unos 100 pares de labios por mes de este dispositivo, pensado no solo para darse unos besos a distancia, sino también para promover la monogamia, porque solo se puede sincronizar el uso con una persona a la vez y se requiere el consentimiento de ambas partes.

Claro que The Kissing Machine no es el primer desarrollo que busca emular, para dos personas alejadas, la hermosa sensación de darse un beso. El año pasado, investigadores de la Universidad Carnegie Mellon, de Estados Unidos, habían diseñado un dispositivo que permitía experimentar sensaciones hápticas en los labios y hasta dentro de la boca a través de la Realidad Virtual.

Pero incluso más de 10 años atrás ya se había desarrollado un robot, denominado Kissenger, que permitía transmitir los besos de la persona amada aunque la misma estuviera del otro lado del planeta. Se trataba de una especie de huevo con boca (literalmente) diseñado por la empresa Lovotics de Hong Kong (aunque algunas fuentes lo sitúan en Malasia). Utilizaba distintos tipos de sensores y monitores para poder transmitir los besos a través de Internet, en un desarrollo que se anunció en 2012 y que luego evolucionó en un dispositivo bastante similar al The Kissing Machine y que se puso a la venta en 2016, solo para dispositivos con iOS.

 

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