Espectáculos

Topa y el fenómeno que genera en el jardín de su hija

El actor vuelve a los shows con un concierto en el que repasa su carrera y estrena nuevas canciones.

Diego Topa vuelve a los escenarios y es una fiesta en todo el mundo. De los chicos, claro, que cantarán y bailarán con las nuevas canciones y con los clásicos de más de 20 años de carrera, esas que disfrutaron sus hermanos y quedaron en el cancionero infantil para siempre. Pero también de los grandes, que ven en las caras de sus hijos lo más parecido a la felicidad. Con Tu primer concierto, su primer espectáculo presencial luego de la pandemia, viene girando por el país y América Latina y durante las vacaciones de invierno se adueñará del Teatro El Nacional. Allí volverá a juntarse en escena con Muni, su histórica compañera de Disney, para regar el presente con una dosis justa de nostalgia.

Son momentos especiales para Topa, ahora papá de Mitai, la hija que tuvo junto a su pareja por el método de subrogación de vientre y que marca el pulso de sus días. La niña que va camino a los dos años y medio es su fan número uno, y también la que le despierta los sentimientos más profundos. Y en quien puede reflejarse para ver eso que genera en otros padres y en otros hijos cada vez que sale a escena. “Estoy mucho más sensible que antes”, admite Diego en la entrevista donde hablará de su rol de padre, de la vida más allá de Disney y de sus proyectos laborales, donde conviven el público infantil y el adulto. Al fin y al cabo, una foto de los días de su vida.

—¿Cómo se vivió también ese primer concierto como papá?

—Fue espectacular. La pasó re bien, disfrutó. Ella está conectada con la música, canta, baila, actúa, hace de todo. Cuando chequeamos al sonido, quiere estar a upa mío y me habla por el micrófono. Y después lo ve desde la platea como espectadora.

—¿Entendió ya el papá que tiene?

—Yo no le expliqué nada. Entendió sola que soy su papá, y que también soy Topa. De hecho, cuando me ve que me empiezo a producir o maquillar, me dice: “¡Qué lindo Topa! ¡Afeitate la barba!”. Chequea todo, no sé cómo hace.

—¿Qué le pasa cuando vas por la calle y te paran familias, te piden videos?

—Me estoy empezando a divertir mucho porque ella ve que me saco una foto y también quiere. Igual trato siempre de cuidar la parte donde salgo a saludar porque es celosa.

—Y ya va al jardín. El sueño de todos los niños es tener a Topa como papá de una compañerita.

—Y para mí volver al jardín fue hermoso. Está yendo a uno divino, donde las maestras y la directora son un amor con todo el mundo, me tienen un cariño muy grande y entienden que es el espacio de Mitai. Los primeros días con la adaptación fue bastante fuerte porque estaba muy apegada y también veía todo lo que pasaba alrededor con los demás alumnos, que aparecía Topa y se venía todo el colegio. No sabés lo que era: me tuvieron que sacar por la puerta del costado.

—Te van a prohibir la entrada.

—Eso ya me pasó la semana pasada. Me dijeron si por favor podía venir el otro papá porque se descontrolaba todo (risas). Así que acompaño hasta la puerta, me vuelvo y después la voy a buscar.

—Está buenísimo que cada uno pueda cumplir ciertos roles de la paternidad.

—Sí, así tiene que ser. Y funciona. Y la verdad que ella es muy feliz. Es una familia chiquita pero hermosa. La cuidamos, tenemos a mi perrito que ella rebautizó Titi, con quien juega, se divierte. La verdad que Mitai nos trajo alegría no solo a nosotros sino a toda mi familia: mis papás, mis hermanos, mis amigos. Tiene una luz hermosa.

Topa: «Los mandatos me pesaron muchísimo»

—¿Siempre supiste que tenías ganas de ser papá?

—Siempre. Obviamente que no sabía que después la vida nos iba a dar la posibilidad de tener este método tan maravilloso de subrogación de vientre. Al principio me impedía porque no estaba la posibilidad. Cuando empezó a abrirse todo esto, en algún momento iba a suceder, y se fue dando tan natural.

—Antes de la llegada de Mitai además tuviste un proceso anterior que no prosperó.

—Sí, uno de los intentos no había funcionado. Como le pasa a la mayoría de las personas. Y bueno, hay que seguir, intentar, y seguir confiando en que si tenía que ser iba a ser. Y fue. Y es la princesa más hermosa que tengo en casa.

—Es muy fuerte lo que generás en todos los chicos. Mi hija crece, y lo primero que me dijo cuándo se enteró que iba a tener un hermanito es: “Vamos a volver a ver a Topa”.

—A mí me apasiona cuando pasa eso. De verdad, me toca el corazón. Y me parece tan lindo de poder compartir y que, a pesar que van creciendo, siguen conectados con el alma de niño, con ese niño interior. Hace muy poquito arranqué con TikTok y la cantidad de adolescentes que me siguen, que les hago recordar a sus infancias… Es hermoso poder cosechar todo eso porque es puro amor lo que vuelve.

Todos a moverse. Para su regreso a los escenarios, el artista ideó Topa, tu primer concierto, un espectáculo integral y retrospectivo ideal para ensalzar el espíritu del reencuentro. “Es una travesía por los hits de toda mi carrera. De Junior express, cantamos canciones de Topa y Muni…”, y sin querer queriendo anticipa el reencuentro con su histórica compañera de la época de Disney.

—Es una bomba que te vuelvas a juntar con Muni.

—Se dio de una forma tan linda, pura y natural que fue hermoso. Estábamos en la casa de Muni con su hija Carmelita, y le contaba de la gira y le pregunté si le coparía sumarse en algún bloque. “Hace años que quiero hacer eso”, me dijo. Ahí llamé a los músicos y nos pusimos a armar nuevas versiones de “Suban al avión”“La banda de la rima”“Cuatro estaciones”. La van a pasar increíble. Además del humor que generamos con unos sketches súper divertidos.

—Más allá del trabajo, con Muni mantuvieron una relación de amistad, de familia hermosa.

—Total. Y al principio decían que estábamos peleados… No sé de dónde sacaron eso. Somos familia y no te das una idea lo contentos que estamos de poder volver a disfrutar el escenario, porque nos conocimos en el escenario también.

—¿Te dan ganas a veces de meterte en una ficción por fuera de lo que es Topa?

—Si viene la oportunidad no tengo problemas. La verdad es que me divierte. Es como que ahora también estoy aprendiendo a no estar en Disney porque fueron muchos años en una compañía, y ahora que ya no tengo esa exclusividad y puedo ser libre para hacer lo que quiera, estoy tratando de aprender todo eso. Tengo una propuesta para hacer cine que está buenísima y la estamos evaluando. Estamos trabajando el proyecto que quedó ahí con la muerte de Gerardo Rozín y vamos a grabar el teaser porque se lo prometíMe propusieron hacer una comedia musical para fin de año, que no tiene nada que ver con el infantil. También voy a hacer una película latinoamericana sobre la Navidad, que siempre son con nieve; vamos a ver qué vuelta de rosca divertida le encontramos. Y tengo otro proyecto para televisión abierta. Tengo ganas de volver a las fuentes, más allá que todo el mundo está en las plataformas, la tele en el Interior del país está muy fuerte y creo que los chicos de hoy también necesitan un poco eso, volver al horario de protección al menor (risas).

—A lo que uno consumía.

—Me parece que está bueno. Creo que siempre lo retro te conecta con algo lindo y tiene que ver con nuestra infancia, con nuestra familia, nuestras creencias.

—Fueron muchos años con Disney, un lugar que te abrió un montón de puertas pero que te debe haber limitado en algunas cuestiones.

—Fue en la etapa en la que estuve porque ahora también Disney se tuvo que aggiornar. Antes yo tenía una exclusividad que no podía hacer otra cosa, que en un punto lo veía bien, porque ellos apostaban a mi imagen. Pero eso ya no se puede sostener: el actor necesita trabajar y tiene que ser libre de poder hacer lo que quiera.

—¿En qué decís “soy el mejor papá del mundo”?

—Ay, en el amor que le tengo. Le pongo tanto amor a cada cosita que hago: en cambiarle los pañales, en la mamadera, en hacerla dormir. Y es cada vez más lindo porque me va cantando, vamos charlando, me va contando lo que pasó.

—¿En qué sos el peor y decís: “Gracias que hay otro papá que me salva”?

—¡Ah, qué difícil! Pero no es de ego, eh. Es que te juro que le pongo tanto amor a todo… Por ahí, me gustaría cocinar un poco mejor.

Diego Topa con su hija, MitaiDiego Topa con su hija, Mitai

—¿Sos como te imaginabas que ibas a ser?

—La verdad que me sorprendí. Tengo mucha más capacidad de la que pensé que iba a tener. De paciencia. De amor. De dedicación. De tiempo. Es increíble la conexión.

—¿Cuánto te preguntan cuándo viene el próximo?

—Todo el tiempo me preguntan. Pero estoy disfrutando tanto a Mitai en esta nueva etapa también y en volver a conectarme con el trabajo, que si tiene que venir estaré preparado para eso. Y Mitai todavía no preguntó por el hermanito, así que por ahora estamos bien.

—¿Y algo sobre su origen preguntó?

—Todavía nada.

—¿Ya pensaron esa charla?

—Todo con la verdad. De hecho, siempre lo hablamos y va a ser así. Cuando también te pregunta por qué no tengo mamá es porque hay familias que tienen dos papás, y así. Pero ella está viendo en el jardín que tienen mamá, que tienen papá, y es como natural.

—Las nuevas generaciones tienen todo tanto más claro.

—Yo lo veo también con mis sobrinas, cómo se manejan en todo. La verdad que es todo tan fácil: nuestra generación era enroscadísima y por suerte, cambió.

—¿Te pesaron alguna vez los mandatos de nuestra generación?

—Muchísimo. En la familia, en el trabajo, en todo. Esa cosa de sufrir en silencio tan fea y tan triste, sentir que todo lo que uno hace o elige está mal. Siempre estaba el miedo de perder el trabajo. Y sobre todo pensá que yo trabajaba en Disney, que no es el Disney de ahora, con otras precauciones, otros miedos. Yo igualmente lo manejé con mucho amor y mucho respeto dentro de la compañía, y cuando logré soltarme interiormente con la gente, donde yo me acepté también, fue con Romina Yan cuando hacíamos Playhouse Disney. Allí empecé a divertirme conmigo mismo, y todo empezó a fluir.

—Y Mitai también ayudó, ¿no?

—Mucho, sobre todo para el mundo.

—Para mí está buenísimo esto: los chicos vienen con otro chip y abrirles puertas es un montón.

—Siento que si la gente antes me quería ahora me quiere mucho más. Incluso los fans más chiquititos me mandan besos para Mitai.

—Seguís eligiendo no mostrarla.

—Es para preservarla y que fluya, que realmente ella elija si quiere ser conocida o no. Y como viene la mano creo que en tres minutos va a tener su TikTok…

—No quiero que dejemos de contar que va a haber una fecha muy especial en el teatro.

—Sí, una función distendida. Nos llegó la oportunidad de poder hacer esta función para muchos chiquitos con TGD, que no pueden disfrutar de un show por el volumen de la música, por el nivel de luces, por la oscuridad, por las robóticas. Y queremos también hacerlo en lenguaje de señas para que pueda venir todo el mundo.

—Qué importante poder llevar un show de esta calidad con el amor que le ponés y que sea para todo el mundo.

No quiero que nadie se quede afuera de poder disfrutar, sobre todo en esta época. Después de tanto encierro, se extrañaba mucho el compartir, el disfrutar. Muchos chicos perdieron a sus abuelos, perdieron a sus papás con esto, entonces también es una manera de transmutar hacer un show para la familia y para los más chiquititos.

—Vos te emocionas y yo sé que hay muchas cosas que hacés y que no contás.

No encuentro otra manera de poder devolver un poco del amor que recibo todos los días. Y un videíto, un mensajito o lo que sea para ellos es un montón: “Gracias a ese videíto empezó a comer”; “Gracias a tu mensaje empezó el tratamiento”. Es hermoso poder ayudar a las familias y hoy, como papá, los entiendo más todavía.

 

 

 

(Teleshow)

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