La causa se inició luego de que los responsables de una pinturería de la ciudad denunciaran una serie de estafas que se habían llevado a cabo en la compra de mercadería a través de datos de diversas tarjetas de crédito, cuyos titulares no habían autorizado ninguna transacción, lo que originó un importante perjuicio económico para la firma.
Las taras investigativas arrojaron que la mujer que residía en ese domicilio estaría vinculada con las maniobras, por lo que se solicitó el allanamiento de la casa. En el procedimiento se logró secuestrar teléfonos celulares, varios envases de pintura entregados por la firma estafada.
Además se secuestró cocaína y semillas de marihuana. No se descarta la participación de varias personas más en las maniobras delictivas.