El papa Francisco declarará santo al italiano Artémides Zatti, un enfermero conocido por su labor con los enfermos de la Patagonia argentina. El pontífice le adjudicó un nuevo milagro de este laico salesiano: se trata de la “curación inexplicable” en 2016 de un hombre que sufrió un ictus isquémico.
Ayer, Francisco se entrevistó con el cardenal Marcello Semeraro, que conduce la Congregación para las Causas de los Santos, y autorizó la promulgación del decreto donde se atribuye el milagro. Solamente resta su canonización, cuya fecha deberá resolver el papa.
Cuál es el nuevo milagro que se le atribuye
El segundo milagro que el Vaticano aceptó para la subida al altar de Zatti es la “curación inexplicable” en 2016 de un hombre en Filipinas que sufrió un ictus isquémico y que derivó en otras complicaciones, de acuerdo a lo informado por la Congregación Salesiana.
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Un ictus isquémico es un ataque cerebral. En general, es causado por un coágulo sanguíneo que bloquea o tapa un vaso de sangre en el cerebro. Esto evita que la sangre fluya hasta este órgano y en cuestión de minutos, las células del cerebro comienzan a morir.
Los salesianos expresaron su alegría por el primer santo de su congregación que no fue sacerdote, sino solo consagrado, y de quien el propio papa Francisco es muy devoto.
Quién fue Artémides Zatti
El laico salesiano nació el 12 de octubre de 1880 en la localidad italiana de Boretto y falleció el 15 de marzo de 1951 en Viedma, en la Patagonia argentina.
La familia del nuevo santo se trasladó en 1897 a Argentina en busca de un futuro mejor y se fueron a vivir a Bahía Blanca, donde creció Zatti. El laico trabajó como mozo en un hotel y como obrero. A los 20 años, accedió en los Salesianos.
En 1902, su vida cambió cuando consiguió curarse de la tuberculosis y, convencido de que fue por intercesión de la Virgen, decidió renunciar al sacerdocio para dedicarse a la asistencia de los enfermeros.
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El servicio que llevó adelante se desarrolló toda la vida en el hospital de Viedma, como vicedirector, administrador y enfermero. Visitaba a los pacientes con su bicicleta y recibía el cariño de ellos y hasta de sus familias. Hasta que en 1951 murió por un tumor en el hígado.
El 14 de abril de 2002 fue beatificado por el papa Juan Pablo II por la curación milagrosa de gangrena del seminarista Carlos Bossio, inspector salesiano en Rosario.
Cómo será el camino al altar
El camino hacia el altar tiene muchas etapas: la primera es ser declarado venerable siervo de Dios, la segunda beato y la tercera santo.
Venerable Siervo de Dios es el título que se le da a una persona muerta a la que se reconoce “haber vivido las virtudes de manera heroica”.
Para que un venerable sea beatificado es necesario que se haya producido un milagro debido a su intercesión. Mientras que la canonización, como en el caso de Zatti, requiere un segundo milagro obrado “por intercesión” después de ser proclamado beato.
Y este segundo milagro es el que fue reconocido por el papa Francisco, quien ahora deberá resolver la fecha de la canonización.
