Luiz Inacio Lula da Silva ganó ayer domingo las elecciones presidenciales en segunda vuelta. El Tribunal Supremo Electoral cerró el conteo de votos electrónicos cuando el candidato sumaba el 50,83% ante su contrincante, el presidente Jair Bolsonaro, ( 49,17%).
«Estoy convencido de que el pueblo brasileño votará un proyecto en que la democracia vencerá, espero que sea un día de paz», dijo tras emitir su voto. El pasado 2 de octubre se impuso en la primera vuelta con 48% de los votos contra 43% de Bolsonaro, lo que quebró las proyecciones que anticipaban una ventaja holgada del exmandatario.
Partidarios del expresidente comenzaron a ocupar la Avenida Paulista poco después del inicio del conteo de votos, a las 17 horas.
Muchos lo enterraron políticamente cuando fue encarcelado por corrupción, pero el ícono izquierdista dijo que anhelaba un tercer mandato para «arreglar» el país y devolver «la felicidad» a los brasileños, que conocieron años de prosperidad durante sus primeros gobiernos.
«Precisamos arreglar este paíspara que el pueblo brasileño vuelva a sonreír», dijo estos días el exsindicalista salido de la pobreza, que durante su campaña prometió recuperar el poder adquisitivo para que la gente «pueda volver a comer una picaña y tomar una cervecita» los fines de semana.