La necesidad de los argentinos de ahorrar en dólares para no perder por la devaluación del peso, sumada a que muchos eligen atesorarlos en sus casas porque desconfían del sistema bancario o no quieren pagar, da lugar a muchas anécdotas difíciles de creer. Entre quienes están al frente de empresas que brindan cajas de seguridad privada y en el mercado en general hay relatos dignos de una película de Woody Allen.
“Nos sucede con frecuencia que, luego de contratar su caja de seguridad, nuestros clientes se relajan y nos cuentan anécdotas o situaciones sufridas al guardar sus valores en sus casas. Una vez nos tocó el caso de una pareja que había estado ahorrando para irse a vivir al exterior. El marido guardó los dólares en una caja en el altillo de la casa y, cuando estaban próximos a mudarse, empezaron a desocupar el inmueble donando o tirando todo lo que no podían llevarse. Entre esas cosas la mujer tiró a la basura la caja con los ahorros”, contó en diálogo con LA NACION Javier Pérez Alvaro, gerente de Operaciones de Hausler.