Una estudiante de 22 años perdió la mayor parte de su rostro al ser mordida 800 veces por dos perros que estaba cuidando para la familia de un médico. Pasaron unos meses de aquel trágico día, y decidió contar con valentía el verdadero alcance de las heridas que sufrió: «Así soy ahora», dijo.
Jacqueline Durand fue mutilada dos días antes de Navidad, y un día antes de su cumpleaños, mientras cuidaba a los perros del doctor Justin Bishop y su esposa Ashley en Coppell, un suburbio de Dallas, Estados Unidos.
Antes de ir a la casa, le aseguraron que los dos perros, una mezcla de pastor alemán Lucy y una mezcla de Pitbull Bender, estarían en sus jaulas. Sin embargo, cuando llegó, ambos animales deambulaban libremente por la casa.
El fatídico 23 de diciembre
Jaqueline es una estudiante de Gestión de la Cadena de Suministro de la Universidad de Texas, que se ganaba la vida cuidando perros. De hecho, había conocido a los dos animales en cuestión unos días antes al ataque y los describió como «encantadores».
Sin embargo, todo fue diferente el fatídico 23 de diciembre: ni bien la chica abrió la puerta las «bestias» se abalanzaron sobre ella y la atacaron brutalmente, dejándole 800 marcas de mordeduras.
La ferocidad de la embestida fue tal, que los perros le arrancaron las orejas, la nariz, los labios y gran parte de la cara a Durand. Le dejaron los huesos a la vista, perdió el 30 por ciento de la sangre de su cuerpo, y luego tuvo que ser revivida en la mesa de la sala de trauma. Terminó hospitalizada durante 60 días.
Otro dato que aporta horror a la situación: los canes eran tan violentos que le quitaron toda la ropa a la adolescente, incluidos sus jeans azules.
Desde entonces, Jacqueline, se enfrenta a varias cirugías y se somete a intensas sesiones de fisioterapia que incluyen estirar la boca 1 milímetro a la vez para que pueda comer.
«Cuando sentí que la piel me colgaba de la cara, pensé que me iba a morir», confesó en una entrevista con CBS Mornings.
En medio del ataque la joven no pudo pedir ayuda, pero se alertó al 911 porque la puerta principal de la propiedad quedó abierta cuando los perros se abalanzaron.
Los primeros efectivos en responder no pudieron ingresar a la casa durante 37 minutos debido la notable agresividad de los animales. Cuentan que apenas pudieron ver las piernas de Jacqueline y «no se dieron cuenta de inmediato del alcance de sus heridas».
Lista para que el mundo vea su rostro
Después de casi tres meses durísimos y complejas cirugías reconstructivas, Durand aseguró que está lista para que el mundo vea su rostro: «Es hora de mostrar quién soy ahora, y no puedo tener miedo de eso».
«Quiero que los dueños de perros conozcan a sus animales y puedan comunicarse con sus cuidadores sobre cómo están», remarcó.
La cuidadora de perros también dijo que todavía estaba «sin palabras» sobre el cambio de comportamiento. «Después de cada encuentro y saludo que tuve, siempre sentí lo mismo con esos otros perros y no cambiaron su actitud desde el momento en que los conocí hasta el momento en que fui allí por primera vez», asevera.
Acusación y demanda a los dueños
Los Bishop, dueños de los animales, tienen tres hijos, incluido uno de tres años, afirmaron que los perros nunca fueron violentos y les dijeron a los investigadores que tenían «cero» problemas con ellos. Sin embargo, según los informes, tenían un letrero en su casa que decía tener «Perros locos» (Crazy dogs) y «Por favor no toque timbre, llame o envíe un mensaje de texto en su lugar».
«La advertencia en la puerta sugiere que len realidad tenían cierto conocimiento de que estos dos perros habían actuado agresivamente con las personas que llegaban a la puerta principal», dijo el abogado de Durand, Chip Brooker, a CBS Mornings.
Durand está acusando al matrimonio de negligencia por supuestamente no controlar, asegurar y entrenar a los animales, así como «no proporcionar un ambiente seguro para sus invitados», de acuerdo a la demanda presentada.
Tras examinar a los perros después de que fueran retirados de la propiedad, el abogado Brooker dijo que los resultados del equipo de expertos muestran que «los perros eran peligrosos y tenían propensiones viciosas».
(Clarín)
