La historia criminal de Estados Unidos es amplia, y se puede decir que hay una importante galería de asesinos seriales que ganaron titulares en los medios de comunicación de ese país, por la atrocidad de los hechos.
En ese triste y larga lista de matadores se instaló Randy Steven Kraft, el conocido «Estrangulador de California» que si bien se le registraron unos 16 cargos por muerte y violación (entre las décadas de 1970 y 1980), se cree que esa cifra puede llegar hasta las 60 víctimas.
La historia de Kraft indica que nació en marzo de 1945 en la ciudad estadounidense de Long Beach, y si bien su infancia y adolescencia fue brillante, con buenas notas y graduaciones en la Escuela Westminster y en el Claremont McKenna College, en el interior de ese joven creció su atracción hacia los hombres y ciertos instintos salvajes.
De hecho, a los 20 años ingresó a trabajar como camarero en un bar gay y tras obtener su título en Economía, se puso a trabajar para la compañía política de Robert Kennedy.
Además, se unió a la Fuerza Aérea de los Estados Unidos, donde logró grandes calificaciones en pruebas de aptitud y por eso, fue enviado a la Base Edwards, en el cual fue sometido a un test que confirmó su alto nivel intelectual de coeficiente. Sin embargo, en 1969 confesó abiertamente su homosexualidad y fue dado de baja en la milicia.
Luego de esto, volvió a California, a la casa de sus padres y al trabajo en aquel bar gay donde se desempeñó como camarero, y ya en 1970, comenzaron los hechos de violencia de Kraft hacia jóvenes y la primera víctima fue un adolescente de 13 años, quien escapó del lugar, denunció al sujeto a la policía, pero estos no pudieron hacer nada por falta de pruebas.
Randy Kraft: primera muerte
A finales de 1971 se registró la primera muerte a manos de Kraft, ya que la policía local encontró el cadáver de Wayne Dukette (30) sobre la autopista Ortega y sin ropa. Meses más tarde, un joven de 20 años, Edward Moore, también fue hallada en la misma autovía y en la misma circunstancia.
Con el paso de los años, durante la década del 70 y principios de los 80, las muertes de jóvenes (generalmente bisexuales o gays) en autopistas de California se sumaron cada vez más y con los mismos aspectos: torturados y abusados sexualmente. Además, en varias de las autopsias se registraron que las víctimas fueron drogadas o alcoholizadas antes de ser asesinadas.
Tras una serie de investigaciones por parte del FBI, se realizó el perfil del asesino: alguien que mataba a hombres jóvenes y de tendencia homosexual que ejecutaba a las víctimas en las cercanías de las autopistas en California.
Randy Kraft: más muertes
Los crímenes continuaron hasta 1983, cuando dos oficiales de tránsito detuvieron a Kraft por conducir borracho a bordo de un Toyota Celica sobre una autopista local, en la requisa que se llevó adelante, encontraron el cadáver desnudo de un hombre (Terry Gambrel de 25 años) en el asiento de atrás y con signos de haber sido estrangulado. Además, se hallaron manchas de sangre que no pertenecían a la víctima encontrada.
Con la detención establecida, Kraft fue llevado a su casa por agentes policiales y allí se encontraron con ropas y elementos de algunos hombres fallecidos, además de fotografías de unos de ellos, y un listado con 65 nombres, de los cuales muchos no pudieron confirmarse si terminaron muertos a manos del asesino serial.
El juicio tuvo su comienzo en septiembre de 1988 y tras un año de declaraciones, más de mil evidencias en su contra y el paso de testigos (160), a finales de noviembre de 1989, la justicia lo condenó a muerte por 16 homicidios cometidos entre diciembre de 1972 y mayo de 1983.
Sin embargo, entre varias medidas cautelares presentadas por su defensa, hicieron que su ejecución se postergue y actualmente se encuentre detenido en la Prisión Estatal de San Quintín.
Finalmente, la policía también investigó en su momento si el asesino tuvo un cómplice, ya que varias huellas de semen fueron encontradas en algunas víctimas, pero al ser analizadas no eran de Kraft, con lo cual la teoría de un segundo criminal nunca fue descartada, pero no hubo pruebas para confirmar esta situación.
(Crónica)
