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El salto inflacionario presiona el consumo

La gente huye de los pesos.

a inflación en Argentina no da tregua y para fin de año el consenso entre algunos economistas es que alcanzará el 100%, y otros aseguran que se sobrepasará los tres dígitos. Al mismo tiempo, los shoppings están siempre llenos, los bares y restaurantes también, cada vez que hay fin de semana largo se anota un récord de turistas, ¿cómo es posible este fenómeno?

“El ‘veranito’ del consumo que se inició con la salida de la pandemia en la segunda parte del 2021 se extendió más tiempo de lo esperado, impactando también en buena parte del 2022. La economía creció 6,5% (interanual) en el primer semestre, ubicándose a finales de junio a solo 1 p.p. del máximo de la serie en noviembre 2017, mientras que la tasa de desempleo cayó por debajo del 7% de la Población Económicamente Activa en el segundo trimestre, representando el nivel más bajo desde 2015”, sostiene un informe de Ecolatina que analiza este fenómeno.

El documento sostiene que además no solo el consumo privado enmarcado en las Cuentas Nacionales presentó una notable mejora (+10,8% i.a.); también hicieron lo mismo los indicadores de consumo tanto públicos como privados. Por ejemplo, las unidades vendidas de electrodomésticos aumentaron +15,6% (i.a) en el primer semestre; la producción de indumentaria fue +33,6% (i.a) y las ventas en supermercados +2,5% (i.a.).

Para Ecolatina, las cifras positivas del consumo de los hogares pueden verse explicadas por: “La continuidad de un consumo rezagado luego de las restricciones sanitarias del año anterior, donde prima la mayor demanda de servicios asociados a la recreación y esparcimiento producto de cierto “consumo de revancha” que se extiende en el tiempo por las huellas psicológicas que dejó la pandemia”.

Otro factor puede ser la fuerte aceleración inflacionaria a lo largo del primer semestre que pudo impactar positivamente sobre la demanda determinados bienes de consumo, principalmente durables, pero también esenciales y de servicios, dinamizando los efectos: “los pesos queman” y “ahorrar consumiendo”; en un escenario de fuerte tasa de interés real negativa durante la mayor parte del semestre y restricciones al acceso de dólares para destinarlos al ahorro.

Aprendiendo a vivir con la volatilidad argentina
“El impuesto inflacionario tiende a empobrecer a todos los que están en el sector privado, pero es cierto que cuando hay una aceleración inflacionaria como la que hemos tenido la gente tiende a sacarse los pesos de encima con más velocidad. Para eso, no siempre, quienes tienen capacidad de ahorro lo hacen en dólares y quienes no en bienes”, comenzó explicando Aldo Abram, economista de Libertad y Progreso.

“Entonces, van al supermercado en los primeros días del mes en cuanto cobraron el sueldo y compran todo lo que puedan porque saben que después va a ser todo más caro. La inflación desincentiva el ahorro en pesos”, agregó.

Los distintos tipos de consumo y grupos económicos
“En el consumo de alimentos, en el que claramente vemos al que tiene menor poder adquisitivo convertirse en un consumidor de segundas marcas; como en el caso de las carnes, que deja de consumir carne bovina y la reemplaza por la de cerdo o pollo que son más económicas”, señaló a PERFIL David Miazzo, economista de la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (Fada).

“Entonces dentro de lo que es consumo de alimentos se ven esos procesos en los que el consumidor, ante menor poder adquisitivo trata de reemplazar marcas o productos para seguir consumiendo la misma cantidad de cosas pagando menos. Pasa lo mismo con los productos de limpieza e higiene personal”, agregó.

Miazzo explica que hay dos sectores de la población: uno al que claramente no le alcanza para llegar a fin de mes que, es casi la mitad de la población (40%), que tiene dificultades para cubrir sus necesidades y sus gastos. “Ahí es donde se presenta ese tipo de mecanismos de defensa como pasarse a segundas marcas”, advirtió.

Después esta otra porción de la población que es la sí puede cubrir sus necesidades y les sobra dinero. Son ellos los que normalmente tienen capacidad de ahorro, pueden cambiar el auto o comprar una vivienda. Parte de ese segmento de la población que realiza consumos de bienes de uso hoy lo ven mucho más lejos porque se han encarecido respecto a los salarios.

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